Nueva visión de la historia de Encinasola

lunes, 12 de febrero de 2007

EL CASTILLO DE ENCINASOLA
Y
EL NACIMIENTO DEL PUEBLO


CÓMO PUDO SER CONQUISTADO EL TERRITORIO MAROCHO

Alfonso VII “el Emperador”, al morir en 1157, dividió sus dominios entre sus hijos, correspondiendo el reino de León a Fernando II y el de Castilla a Sancho III. A partir de este momento ambos reinos continuaron la reconquista de acuerdo con los límites que el propio Alfonso VII había establecido entre ellos y que uno y otro hermano reconocieron por medio del Tratado de Sahagún. Así, León avanzó al oeste de la Vía de la Plata o Vía de Guinea, que éste era el nombre que la citada vía recibía en el medievo, mientras Castilla lo hizo al este de la misma.
Cuando falleció el rey de León, Fernando II, en 1171, este monarca había conquistado Cáceres y “tierras de Badajoz”. Su hijo, Alfonso IX, continuó la reconquista, extendiendo la frontera del reino hasta Mérida.

El reinado de Sancho III en Castilla fue brevísimo (1157-1158), sucediéndole su hijo, Alfonso VIII el de las Navas, (1158-1214) el cual, a su vez, fue sucedido por su hijo Enrique I (1214-1217), que falleció siendo niño de forma accidental. Esta muerte imprevista planteó un problema sucesorio que se resolvió con la elección, como sucesora, de Doña Berenguela, hermana del propio D. Enrique, la cual estaba casada con
Alfonso IX de León. Berenguela renunció al trono en favor de su hijo, Fernando III el Santo, (1217) que pasó a ser rey de Castilla, con lo que al fallecer su padre, Alfonso IX, rey de León, en 1230, El rey Santo unió las coronas de ambos reinos de forma definitiva.
Fernando III continuó la reconquista por el este de la Vía de la Plata, y los leoneses, como lo habían estado haciendo con anterioridad, siguieron avanzando por la parte occidental, conquistando Trujillo en 1233. El avance por esta zona trajo consigo el enfrentamiento con el reino de Portugal, que también pretendía anexionarse estas tierras.

La conquista y repoblación de la parte correspondiente a la actual sierra de Huelva es un completo enigma. No creo equivocarme si afirmo que el estudio más completo, o tal vez el único, que sobre esta parte de la reconquista existe es la obra de Pérez Embid, que lleva por título LA FRONTERA ENTRE LOS REINOS DE SEVILLA Y PORTUGAL. La importancia de esta obra con relación al estudio de la reconquista de la Sierra de Huelva está reconocida en la propia HISTORIA DE ANDALUCÍA, editada por Espasa Calpe S.A.

Nos dice Pérez Embid que para llevar a cabo la empresa, la conquista del sur de Extremadura y la sierra de Huelva, el reino castellano-leonés contó con las Órdenes Militares de Alcántara y Santiago, las cuales conquistaron “todo el sur extremeño y los macizos serranos del W y del S”.

Este avance castellano-leonés se vio frenado como consecuencia de que Castilla concentró su esfuerzo en la conquista de Sevilla que, una vez conseguida, iba a constituir la llave de Andalucía. Por otro lado, esta penetración por el valle del Guadalquivir causó gran inseguridad entre los musulmanes que ocupaban la parte norte de nuestra provincia, con lo que se produjo un desplazamiento de los mismos hacia otras zonas.

Estas dos circunstancias, el parón de los leoneses en su camino hacia el sur y la despoblación de las tierras serranas, favorecieron la conquista del Alentejo por parte de Portugal, que se apoderó de esta zona por medio de la Orden de los Templarios y aunque hay quien defiende que fue la Orden del Hospital la que penetró al este del Guadiana y se apoderó de Aroche y Aracena, en 1230, Pérez Embid apunta que la conquista de estas dos poblaciones pudo tener lugar en 1251, siendo rey de Portugal Alfonso III y que, posteriormente, en 1253, ambas localidades fueron entregadas a Castilla.

Llegados a este punto nos encontramos con que mientras los leoneses ocupan el sur de Badajoz, los portugueses se adentran en la sierra de Huelva y ocupan territorios próximos a nuestro pueblo. Esta penetración portuguesa supuso una clara limitación del área de conquista de Castilla, pues con la conquista de Aroche, Almonaster, Cortegana, Galaroza y Aracena se formaba una cuña que separaba al reino castellano - leonés del musulmán de Niebla.

¡No podía ser de otra manera! Cuando se trata de Encinasola siempre hay motivos para la duda. Mirad que fue amplia la línea de avance de las tropas castellano-leonesas durante la reconquista, pues tenía que darse la circunstancia de que nuestro pueblo se encontrase justo en la zona en la que no es posible saber si la conquista la hizo Castilla o Portugal. Determinar si nuestras tierras fueron recuperadas por unos o por otros es tarea imposible, pues, al parecer, no existe documento que pueda servir de base para poder afirmar, de forma categórica, cualquiera de estas posibilidades.

Con respecto a que las tierras marochas pudieran haber podido ser conquistada por Portugal puede argumentarse que si la penetración incluye Serpa Moura, Nodar, Aroche y Aracena, bien pudo Encinasola, debido a su proximidad, quedar dentro de esa zona. No obstante, siempre hay una línea que separa dos espacios. Una línea que bien pudo situarse, precisamente, en las tierras marochas y, con ello, haber sido conquistadas por Castilla, que fue quien se apoderó de las tierras de Oliva y de Fregenal, ya que si dependiese de una mayor o menor proximidad, ambas tierras, extremeñas y portuguesas, se encuentran a similar distancia de las de Encinasola.

El hecho de que a Encinasola le haya sido reconocido el uso de las tierras de la Contienda también puede llevarnos a considerar que ese derecho podría tener su origen en que desde un principio corrió las mismas vicisitudes que Moura y Aroche, esto es, que hubiese formado parte de esa cuña penetrante de Portugal en tierras castellanas. Pero también pudo suceder que Encinasola surgiera con posterioridad al momento en el que se delimitó la línea fronteriza, con que quedó indivisa la dehesa, y que cuando empezara a adquirir cierta entidad iniciase la explotación de unas tierras que se encontraban limítrofes con su término sin que ni Aroche ni Moura, sus verdaderos propietarios, le concediesen la mayor importancia y que cuando Aroche trató de privarle de dicho uso se encontró con que Encinasola alegó un derecho adquirido a través del tiempo, el llamado derecho consuetudinario, pues la reclamación se produjo doscientos años después de haber quedado la Contienda indivisa. Concretamente la sentencia reconociendo el derecho de Encinasola al uso de dichas tierras, que no a la propiedad de las mismas, fue dictada en Córdoba en 1485

Pero si la sentencia supuso el reconocimiento del derecho al uso ante la oposición que había presentado Aroche, la firma de la Concordata por parte del rey de Portugal fue el espaldarazo definitivo, ya que con ello Encinasola no sólo confirmaba su derecho ante Aroche, sino que, a partir de aquel momento, también, de forma indirecta, le fue reconocido ante Moura, el otro propietario de la dehesa.
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CAUSAS QUE PUDIERON MOTIVAR LA CONSTRUCCIÓN DEL CASTILLO

En la Edad Media, la más importante fuente de riqueza era la tierra, de forma que los enfrentamientos armados tenían como finalidad la destrucción o conservación de las tierras de labranza y pastos. La protección a estas fuentes de riqueza, a las tierras, la proporcionaban los castillos, por lo que quien ocupaba una fortaleza era quien ejercía el dominio sobre la principal fuente de recursos. Por esto no podemos sorprendernos al comprobar que cuando se mencionan los hitos que jalonan la penetración portuguesa sólo se nombren las poblaciones que en aquellas fechas contaban con una fortaleza, Serpa, Moura, Aroche, Nodar y Aracena.

Vemos que Nodar, que es el origen de Barrancos, siguió las mismas vicisitudes que Aroche y Aracena. La historia del castillo de Nodar es compleja, pues unas veces estuvo en poder de Castilla y otras en manos portuguesas. Refiriéndonos a estas fechas, siglo XIII, sólo diremos que fue cedido a Portugal por Alfonso X el Sabio en 1283.

La llamada “Cuestión del Algarbe”, que no sólo afectó a la zona actual de Portugal hoy conocida por ese nombre, sino que involucró a un área mucho más amplia en la que se incluye el territorio que actualmente ocupa nuestro pueblo, motivó unos enfrentamientos entre Castilla y Portugal.
Este problema fronterizo se inició al fallecer Fernando III el Santo, en 1252, y subir al trono su hijo, Alfonso X el Sabio. El motivo de este largo enfrentamiento tuvo su raíz en que, como antes hemos reflejado, el Algarbe había sido ocupado por el rey de Portugal Alfonso III, sin embargo, dichos territorios pertenecían al reino de Niebla cuyo rey había cedido los mismos a Alfonso X el Sabio, el cual exigió al vecino reino su devolución. Este período de luchas entre ambas dinastías, unidas por fuertes lazos familiares, finalizó con el Tratado de Alcañices, firmado el
12 de septiembre de 1297 por Fernando IV, rey de Castilla y de León, hijo de Sancho IV y, por tanto, nieto de Alfonso X el Sabio, y Dionis de Portugal, que también era nieto del rey castellano.

La “Cuestión del Algarbe” supuso un período de luchas y discordias entre Castilla y Portugal que duró 45 años. Consecuencia de este largo proceso surgió La Contienda, esa finca tan unida a la historia de Encinasola, y surgió la Contienda porque al proceder a delimitar la frontera entre los reinos fue imposible determinar si el territorio correspondiente a esa dehesa, cuyas tierras eran conocidas como Tierra de Gamos, pertenecía a Portugal o a Castilla.

Durante el tiempo que duró la “Cuestión del Algarbe”, y para hacer frente a las incursiones portuguesas, se procedió a la construcción de una serie de castillos en la sierra. Esta serie de castillos constituyeron la llamada Banda Gallega, la cual estaba formada por tres líneas defensivas: El primer bastión lo constituían los castillos de Aroche, Encinasola y Fregenal; la segunda línea la formaban los de Torres (Cumbres de San Bartolomé), Cortegana y Cumbres Mayores y, por ultimo, la línea más a retaguardia no era otra que la formada por las fortalezas de Aracena, Cala y Santa Olalla.

Los castillos de Cumbres, Cortegana y Santa Olalla fueron mandados construir por Sancho IV, hijo de Alfonso X, mediante un privilegio fechado en Toro (Zamora), el 4 de noviembre de 1293. Se dice que los de Aroche, Aracena, Almonaster, Cala y Zufre, fueron construidos por los árabes alrededor del siglo XII y, como no podía ser de otra manera, el origen del castillo de Encinasola es dudoso.
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CÓMO PUDO PRODUCIRSE EL NACIMIENTO DE ENCINASOLA

El proceso repoblador de Andalucía supuso un importante desplazamiento de personas procedentes de otras zonas que llegaron a nuestras tierras atraídas por el reparto de importantes extensiones de tierras. Sin embargo, el vacío demográfico que se había producido con la retirada de los musulmanes fue tan importante que Castilla no contaba con el personal necesario para repoblar todo el territorio, por lo que sólo prestó especial atención a las poblaciones más importantes y a aquellos enclaves que garantizaban la defensa de importantes zonas del territorio.

Esta segunda condición debió de ser la causa de que se construyese el castillo de Encinasola, ya que la situación de enfrentamiento con el reino de Portugal y la presencia de Nodar en las inmediaciones del lugar en el que nuestro castillo se levantó aconsejaron al rey Sabio situar un elemento defensivo en un lugar estratégico, el cual permitía vigilar y defender cualquier intento de penetración que, apoyado en Nodar, tratase de llevar a cabo la vecina nación.

Al comparar la población con que contaba Castilla en la primera mitad del siglo XIII con la enorme extensión de las tierras que habían sido conquistadas al sur de Despeñaperros, encontramos que las dificultades para llevar a cabo la repoblación eran considerables. Precisamente la escasez de hombres para ocupar las zonas conquistadas fue la principal característica del nacimiento de la nueva Andalucía.

Esta falta de pobladores motivó que a poblaciones tan importantes como Écija o Niebla no llegaran más de 200 pobladores. Si núcleos ya constituidos y de tal envergadura como los citados, pues ha de tenerse en cuenta que Niebla había sido capital de un reino, contaron con tan escaso número de pobladores, fácil es hacerse idea de la escasa entidad de la guarnición que debió de instalarse en un lugar, hasta entonces deshabitado, en el que se levantaba un nuevo castillo.

Al personal que iba a guarnecer el castillo se uniría un cierto número de campesinos que con la explotación de las tierras que se le entregaron cooperarían al mantenimiento de las tropas. Unos y otros, soldados y campesinos, debieron de constituir el embrión del que surgió la población marocha.

El papel que jugó el castillo en el nacimiento del pueblo debió de ser vital, pues si la ocupación de las tierras era fundamental para la conservación de los territorios conquistados, de aquí que los reyes castellanos se plantearan la repoblación de las mismas y ofrecieran grandes beneficios a los que se comprometían a su ocupación, lo cierto es que aquellas zonas que no contaban con la protección de una fortaleza difícilmente podían llegar ser repobladas, ya que en las llamadas “tierras de frontera” la inseguridad era total.

Actualmente, cuando pensamos en un territorio o en una población siempre tratamos de llegar a la entidad superior de la que depende. En este punto, podemos llegar a deducir que el castillo de Encinasola debía de depender de Aroche o de Fregenal, lo cual equivale a que el núcleo de población que debió de formarse entorno a la fortaleza también tuvo que depender, en calidad de Lugar o Aldea, de alguna de estas dos poblaciones, si bien ha de tenerse en cuenta que de Fregenal tampoco se tienen noticias anteriores a 1283, que fue cuando Alfonso X el Sabio la donó a la Orden del Temple

Sin embargo, el castillo de Encinasola nunca tuvo otra dependencia que no fuera del Cabildo de Sevilla, ya que desde el principio fue propiedad del ayuntamiento de dicha ciudad, circunstancia que aún persiste, pues Sevilla es la verdadera propietaria del espacio que ocupa el castillo. De hecho la mayor parte de los castillos de la llamada Banda Gallega pertenecían y, aún hoy pertenecen, a Sevilla. Como dato anecdótico cabe mencionar que el pasado día 1 de agosto de 2006 Sevilla cedió su propiedad sobre el castillo de Cortegana al Ayuntamiento de dicho municipio.
Si primero fue el castillo de Encinasola y después fue el pueblo, que es lo que parece deducirse, no parece que pueda existir la menor sombra de duda de que Encinasola nunca fue lugar o aldea dependiente de Aroche o de Fregenal, sino que su dependencia tuvo que ser de la ciudad de la que el castillo dependía, esto es, de Sevilla.
Esta hipótesis la vemos reforzada por el hecho de que en las propias Actas de nuestro Ayuntamiento, correspondientes al siglo XIX, ha quedado reflejado que aunque los cargos de los regidores del municipio eran elegidos por el pueblo, para poder desempeñarlos tenían que recibir la aprobación del Cabildo sevillano, lo que implica una evidente señal de dependencia de esta ciudad.
De todos modos, también se desconoce la fecha en la que Encinasola logró la total independencia administrativa de Sevilla.
No tenemos constancia de que Encinasola sea mencionada en ningún escrito de la Edad Media y consideramos que sería un grave error querer mantener su existencia en dicha época basándose en la evidencia de que si las tierras marochas estuvieron ocupadas en épocas pretéritas por celtas y romanos esa ocupación tuvo que persistir en el tiempo.
Muchas fueron las ciudades romanas que desaparecieron de la faz de la tierra y que están saliendo a la luz, después de largos siglos de olvido, debido a acertadas excavaciones arqueológicas o como consecuencia de afortunados y accidentales hallazgos. Por esto, esa ausencia de referencias sobre nuestra villa no puede dejar de llevarnos a considerar que su desarrollo como núcleo de población, pudo iniciarse a partir del momento en el que se levantó el castillo, lo cual se dice que debió de tener lugar en el siglo XIII, bajo el reinado de Alfonso X el Sabio, esto es, entre 1252 y 1284.
Está fuera de toda duda que Encinasola era una importante población en el siglo XV, pues aparece en la reseña del traslado a Portugal de la hija de los Reyes Católicos, la Infanta Doña María, y en el Censo de González.
Según este Censo, Encinasola contaba con 619 pecheros. Encinasola, dentro de la Sierra de Aroche, era el tercer núcleo de población en cuanto al número de habitantes, pues sólo era superada por Aracena y Fregenal, y, en cuanto al orden que por demografía ocupaba dentro de la gran Provincia de Sevilla, Encinasola ocupaba el trigésimo noveno lugar de entre los ciento noventa y un municipios que componían este Reino de Andalucía.
Considerar que el nacimiento de Encinasola se produce como consecuencia de la construcción del castillo se ve reforzado por la afirmación que el Escribano del Cabildo de Encinasola refleja en el Acta correspondiente al día 30 de Julio de 1783 en la que dice que hay tradición de que en el año 1526 era Lugar y en el 1532 se titulaba de Villa.
Como se ve, estos reconocimientos como población de cierta entidad se producen doscientos años después de su probable nacimiento, es decir, cuando ha transcurrido tiempo más que suficiente para que se hubiera producido un importante crecimiento demográfico.
Fácil es comprender que todo lo expuesto no deja de ser una teoría no comprobada. Triste es que tengamos que expresarnos en subjuntivo, ya que frases cargadas de certidumbre no pueden pronunciarse. Nuestro mayor deseo es que algún día se realicen las excavaciones arqueológicas que puedan aclarar las lagunas que envuelven el pasado de nuestro pueblo. Es una labor que nuestro patrimonio y nuestra historia se merecen.

Sólo queremos dejar constancia de que si nuestro pueblo surgió en el siglo XIII no es una excepción dentro de su entorno, pues en cuanto a los pueblos vecinos podemos decir que en las historias de los mismos encontramos que sus nacimientos están envueltos por unas sombras de dudas similares a las que cubren el horizonte marocho. Así, tenemos que la primera mención de Fregenal tiene lugar en 1283. Es en este mismo siglo XIII en el que parece que nacen las Cumbres y Segura de León y en cuanto a Oliva, puede decirse que era una aldea en el siglo XIV. De nuestro pueblos vecinos, Aroche y Jerez son dos poblaciones que tienen reconocida su existencia en tiempos de la dominación musulmana.
Para terminar, no queremos dejar de hacer constar que Doña Carmen Álvarez Márquez, en unos artículos publicados en “El Picón”, números 28, 29 y 30, correspondientes a los meses de agosto, octubre y diciembre de 2003, nos ofrece unos interesantes datos sobre nuestro castillo. Su importancia nos mueve a considerar que es justo y obligado recurrir a su consulta. No procedemos a la inclusión de dichos datos en este artículo por respeto a la propiedad intelectual de los mismos.
BIBLIOGRAFÍA
  • LA FRONTERA ENTRE LOS REINOS DE SEVILLA Y PORTUGAL.- Pérez Embid .
  • HISTORIA DE ANDALUCÍA.- Espasa Calpe S.A.
  • CENSO DE TOMÁS GONZÁLEZ.- Archivo General de Simancas. Consultado, por Internet, en Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
  • HISTORIA GENERAL DE ESPAÑA.- Modesto Lafuente. Montaner y Simón, 1889.
  • LA REPOBLACIÓN DEL SIGLO XIII.- Manuel González Jiménez. Historia 16, Año VII, Núm. 73 .

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