EL PORQUÉ DE ESTOS ARTÍCULOS

En primer lugar quiero dejar constancia de que la amenidad no va a ser una de las virtudes que adornen estas páginas. Lo lamento, pero los temas son los que son y la gracia no parece que sea una de sus virtudes. Dicho queda. Espero que no os aburran, pero si habéis tenido paciencia para, en alguna ocasión, leer la historia de vuestro pueblo, considero que también la tendréis para leer estos interrogantes.

La única solución que me queda para tratar de paliar la "pesadez" de estos artículos es publicarlos en breves porciones. Por esto, cuando sean muy extensos se ofrecerán en varias entregas. En estos casos, para mantener el orden de la publicación, se iran colocando los más nuevos a continucaión de los que antes se han publicado, de forma que todo el conjunto vaya apareciendo como lo que en realidad son, como un sólo artículo

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La Historia, esa asignatura que trata del pasado de la humanidad y de los pueblos, siempre ha sido uno de mis temas preferidos a la hora de elegir mis lecturas. Ese interés por esta materia me ha llevado a indagar sobre la historia de mi pueblo. He rebuscado en todos los “rincones” y he podido comprobar que las reseñas históricas que tratan sobre Encinasola se han elaborado muy tardíamente, puede decirse que la historia de Encinasola no surge hasta finales del siglo XIX y principios del XX.

Es cierto que en las reseñas se habla de que es “la tradición” quien asigna a Encinasola determinados papeles. Y parece como si con hacer responsable a la tradición de lo que se afirma se lograra garantizar su veracidad, su certeza.

Es cierto que la tradición es una fuente en la que se basan muchas descripciones de acontecimientos históricos, pero no es menos cierto que esas fuentes, basadas en la tradición, cuentan con documentos antiguos que recogen la versión que se da por cierta.
No es este el caso de los acontecimientos que las citadas descripciones ubican en Encinasola, pues esta tradición marocha no cuenta con una mínima base documental, es más, hay documentos anteriores al nacimiento de la actual historia marocha que cuentan las cosas de forma muy diferente a como lo hacen las reseñas históricas.

Al cotejar las reseñas con los datos basados en fuentes documentales fiables me empezaron a surgir dudas. Empecé a ver los sucesos que se narran de forma muy diferentes a como nos los han contado.

Hay excelentes descripciones de cómo pudo desarrollarse la vida en los asentamientos celtas y romanos que debieron de existir en nuestro territorio. Nada que objetar sobre la más remota antigüedad. Sólo lamentar que no se hayan llevado a cabo excavaciones arqueológicas en nuestras tierras, pues consideramos que esto aportaría no una nueva luz sobre el pasado de Encinasola, sino la verdadera luz.

Pero si la vida en la antigüedad se ha descrito de una forma científica y acorde con lo que debió de ser, no sucede lo mismo con la parte correspondiente a los últimos cinco siglos.
La falta de documentos que traten sobre las vicisitudes sufridas por Encinasola entre los siglos XIII y XVIII no ha permitido hacer una descripción histórica que se apoye sobre esos pilares fundamentales en los que la Historia ha de sostenerse, pues sin documentos ni restos que den fe de los sucesos, todo lo que puede hacerse es formular hipótesis.

Hay hipótesis que se muestran acorde con lo que pudo ser la realidad, sin embargo, cuando esas teorías se alejan de forma ostensible de lo que pudo suceder, no queda más remedio que dudar de ellas y tener que plantearse otras soluciones.

Ya hemos dicho en otras ocasiones que el marocho siempre ha sido remiso a escribir su historia. Por esto, ante la falta de antecedentes, en un momento determinado han surgido teorías que dicen haber recogido tradiciones que al no ser escritas se suponen que son orales. Pero ¿Cómo puede haber a finales del siglo XIX y principios del XX unas narraciones que se opongan a lo que se tenía por cierto en el siglo XVIII?

A todos nos gustaría que la Historia de nuestro pueblo estuviera plagada de hechos heroicos, de acciones que hubieran tenido una repercusión fundamental en el devenir de los acontecimientos nacionales o mundiales, pero si esta circunstancia no se ha dado en nuestro pueblo no por ello tenemos que sentirnos defraudados. Cada pueblo tiene la Historia que ha vivido, lo que le ha tocado vivir. Inventar una Historia llena de importantes sucesos irreales supone hacer un flaco favor a la realidad.

Siempre aceptamos como ciertos los relatos que sobre la Historia de Encinasola llegaron hasta nosotros. Sin embargo, un día nos topamos con alguna inexactitud injustificable. Fácil fue comprobar que algún hecho que se daba como sucedido en Encinasola, no podía ser cierto. Era demasiado evidente su falsedad.
A partir de aquel momento fuimos comprobando algunos hechos y lo que hemos ido encontrando no nos deja lugar a dudas: La mayor parte de lo que hasta hoy teníamos como sucesos ocurridos en nuestra querida Encinasola nunca habían tenido lugar en ella.

En esta serie de artículos encontrarás una nueva visión de la historia de Encinasola. Tal vez alguien, llevado por un falso sentido de amor a su tierra, los llegue a calificar de “la anti - historia de Encinasola”.

Aceptamos la crítica. Sólo deseamos que quien así piense no se quede en el pensamiento, sino que tome la pluma y, con documentos que avalen sus palabras, como nosotros avalamos las nuestras, desmonten lo que aquí expondremos. Nada nos agradaría más que tener que reconocer nuestro error.

Ante la falta de documentos que testifiquen la veracidad de cualquier suceso no queda otra salida que formular hipótesis que se ajusten, en la medida de lo posible, a lo que pudo ser.
Hemos tratado de llegar a la verdad. En unos casos creemos que lo hemos conseguido, y así se ha hecho constar, y en otros ni siquiera ha sido posible aproximarse a ella, por lo que entonces no dudamos en dejar constancia de esta circunstancia, de la imposibilidad de hallar la verdad, así como que la solución que se ofrece no deja de ser una hipótesis que está expuesta a ser modificada por otra solución más razonable.

Encinasola cuenta hoy con una pléyade de hombres bien preparados. No faltan profesores de Universidad e Institutos, historiadores, arqueólogos, etc. Ojalá estos relatos despierten a esos marochos que con su formación y sus posibilidades de investigar el pasado pueden aportar datos que saquen a la luz la verdad sobre nuestro pueblo.

Nunca he pretendido sentar cátedra de nada. Estos artículos son fruto de haber meditado durante largo tiempo tratando de buscar la verdad, y su publicación sólo busca que la auténtica verdad aflore.

Para terminar, sólo añadir que he meditado mucho los inconveniente que puede tener el hecho de publicar esta serie de artículos. Soy consciente de que esta divulgación supone enfrentarse a unos mitos que durante más de un siglo se han ido consolidando en lo más íntimo del pueblo y que, por esta razón, pueden encontrar un cierto grado de rechazo.